viernes, 22 de junio de 2012

Tonatiuh


Aquel día Tonatiuh despertó dentro de una casa. Esto le pareció muy extraño pues tenía varios años sin dormir dentro de una. Al asomarse por la ventana más próxima supo donde estaba, era la casa abandonada que se encontraba al lado del cementerio, pero no logró recordar como había llegado ahí.
Tonatiuh tenía pocos días de haber llegado a este pueblo, cuando la gente lo veía con su sucia y raída ropa tenían claro que se trataba de un vagabundo. Al parecer llego aquí esperando encontrar mejores condiciones de vida a las de los lugares donde antes había estado. Nunca mencionaba su vida anterior pero cada que algún curioso le preguntaba se veía en sus gestos que no le gustaba pensar en ella.
La casa había estado abandonada por casi siete años. Fue construida primero que el cementerio pero este no fue la razón de que quedara deshabitada, la soledad llegó antes que el cementerio. La gente del pueblo decía que estaba infestada de fantasmas y no sólo no se le acercaban, su temor llegaba al grado de hacerlos evitar pasar frente a ella.
Desde el primer día que Tonatiuh llegó al pueblo caminó por la calle del cementerio, y la casa llamó su atención por un momento. Su primera impresión fue que era una casa grande, sola y muy deteriorada, también le pareció notar una apariencia tétrica que el camposanto no ayudaba a mitigar, pero él era demasiado escéptico para creer en fantasmas y otros tipos de espantos.

Nunca recordó cómo había llegado al interior de la casa, pero siempre agradeció que hubiera pasado. El primer día que despertó dentro de ella la inspeccionó a detalle y se sorprendió al descubrir que la casa se encontraba totalmente amueblada, aunque la mayoría de las cosas estaban en malas condiciones, además comprobó que la casa contaba con agua potable a pesar de los años de abandono. Pensó su situación durante algunas horas y decidió quedarse a vivir ahí, sólo debía ser prudente para que la gente del pueblo no averiguara que él estaba ahí.

Lo único que al principio le incomodó fue la gran cantidad de ratones que habían anidado por todos lados, pero pronto su estomago le hizo saber que eso era una ventaja pues le aseguraba tener que comer sin abandonar su nuevo refugio. Realizó algunas trampas improvisadas con materiales y herramientas que encontró en la casa, con estas logró atrapar varios ratones pero algunos gatos que rondaban la casa se comieron la mayoría mientras Tonatiuh dormía. Eso volvió a pasar durante varios días, hasta que a Tonatiuh se le ocurrió la que consideró su idea más brillante. Dejar de competir con los gatos por los ratones y en lugar de ello comenzar a atrapar a los gatos y a alimentarse con ellos, de esta forma aseguraba posicionarse en la cima de la cadena alimenticia y cuando escasearan los gatos, quedarían los ratones sólo para él.

Hace más de un mes que Tonatiuh acabó con los gatos, aunque algunos días vuelve a llegar alguno y regularmente no vuelven a salir. La gente del pueblo atribuye todo a los fantasmas. En esto Tonatiuh ha sido muy prudente, duerme la mayor parte del día y caza por las noches iluminado por la luz de una vela, además se aseguró de sellar todas las posibles entradas por dentro por si algún día aparece un curioso con intención de entrar.
Hace muchos años que no se sentía tan feliz, esta casa le ha ofrecido todo lo que el mundo exterior le quitó. A él ya no le interesa ese otro mundo cruel, para él su mundo ahora es esta casa que le brinda seguridad y alimento.
A decidido permanecer en este lugar hasta morir, quizá aún después de eso se quede ahí para convertir en verdad lo que la gente piensa de la casa de Tonatiuh.

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